El complejo funerario de Saqqara se halla situado a unos 30 km de El Cairo. Tiene unas dimensiones de 6 km de longitud por 1,5 km de ancho.

¿Por qué visitar Saqqara? Porque es el lugar donde se levanta la pirámide de Zoser o la pirámide escalonada, prototipo de las pirámides de Giza y de las restantes pirámides egipcias. Pero hay muchas más cosas para conocer.

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Sector norte del complejo funerario de Saqqara

Esta parte alberga la mayoría de los monumentos. ¿Qué ver en este sector de la necrópolis?

La columnata de Saqqara

En la parte alta de la carretera, una gran fachada de bloques de piedra (restaurada), indica la única puerta falsa accesible, de las catorce que contenía el gran muro que rodeaba el recinto del faraón Zoser.

Tras la puerta, se alzan veinte columnas de 5 metros de altura a ambos lados del pasillo, sobre las que descansaba un techo tallado en forma de troncos de palmera.

La pirámide de Zoser

Popularmente conocida como la pirámide escalonada de Egipto. Fue construida, por orden del faraón Zoser (III dinastía, 2635-2615 a.C., tan solo 20 años de vida), por el arquitecto Imhotep.

Este arquitecto, ingeniero y sacerdote le dio la forma de seis escalones. La pirámide, reabierta al público tras 14 años, tiene unas medidas de 140 x 118 metros y 60 metros de altura. En su interior se halla la tumba del faraón.

Es uno de los monumentos más grandes del mundo construidos en adobe.

El exterior está rodeado por varios edificios: la serie de patios, el templo funerario y otras tumbas pertenecientes a los familiares del faraón.

Zoser no quiso ser menos que sus antecesores, por ello excavó su cámara funeraria a una profundidad de 28 metros. Un bloque de 2 metros de longitud y 3 toneladas de peso la aislaba de posibles asaltantes.

Por otro lado, fue el primer soberano en edificar el serdab, una cámara inaccesible que guardaba la estatua del faraón. Fue hallada en 1924; pero se trasladó al museo de El Cairo y se construyó en su lugar una réplica exacta.

La pirámide de Unas

Al sur de la pirámide de Zoser, se levantan los únicos vestigios de la pirámide de Unas, último faraón de la V dinastía.

Su pirámide tiene una peculiaridad, y es que allí se encontraron los primeros «textos de las pirámides»: todas las cámaras y pasillos interiores se hallan grabados y pintados con magníficos jeroglíficos.

Se calcula que tuvo unos 43 metros de altura. Contiene en su interior un sarcófago hermoso de basalto. En el exterior, a unos 150 metros, se hallaron dos fosas vacías. Las tumbas estaban destinadas a los nobles Psamético, Dajenhebu y Pedeese.

Un muro resguardaba la boca de entrada. Mediante una escalera de caracol se accedía a un pozo de 25 metros de profundidad. Este es el mayor interés de la visita: el ingenio de los soberanos para acabar con el saqueo de sus tumbas.

Una vez colocados los sarcófagos en su interior, taponaban el acceso con una gran losa de granito que rellenaban de arena. De esta forma pasaba inadvertida en el paisaje.

La pirámide del faraón Sejem-Jet

Al oeste de la pirámide de Unas se hallan los restos de la pirámide del faraón Sejem-Jet, quien se supone fue el sucesor de Zoser. Esta suposición se basa en el hallazgo del nombre de Imhotep en uno de los muros que rodea la pirámide.

Está incompleta, solo alcanzó los 7 metros de altura.

El monasterio de San Jeremías

Al sur se alzan los restos de lo que fue el monasterio de San Jeremías. Todas las obras de arte que se encontraron en él se trasladaron al Museo de Arte Copto de El Cairo.

Las mastabas próximas a la pirámide de Unas

Al norte y al sur de la pirámide de Unas aparecen varias mastabas, sobre todo pertenecientes a familiares del faraón así como a varios príncipes, princesas y otros soberanos de la VI dinastía.

Destacan las mastabas de Nebet, Unas-Anj, Lynefert, Idut, Mehu, Nefer-Her-Ptah, Iru-Ka-Ptah, Horemheb y Maya. Estas dos últimas son las más interesantes.

La pirámide de Userkaf

Quedan pocos restos de la pirámide del primer faraón de la V dinastía. Tuvo una altura original de 49 metros.

La pirámide de Teti

El faraón Teti fue el fundador de la VI dinastía. Su pirámide está semidestruida. Podrás ver fragmentos de los llamados «textos de las pirámides», en gran parte arrancados durante la Edad Media.

En las excavaciones de 1966 se descubrió una tumba de la XIX dinastía, que contenía un sarcófago vacío.

En el lado este se encuentra el templo mortuorio, y sobre el lado sur, su pirámide satélite, en un estado óptimo de conservación.

La mastaba de Mereruka

Mereruka fue un visir durante el reinado de Teti. Su mastaba es una de las más interesantes de Saqqara. Fue descubierta en 1893 por Morgan.

Está dividida en 32 salas, pertenecientes al propio Mereruka, su esposa, la princesa Uatet-Jet-Hor y su hijo Meri-Teti. Ha sido objeto de una gran labor de restauración, lo que la ha convertido en la mastaba más estudiada de Saqqara.

Entre las muchas escenas representadas en las paredes, sobresalen las imágenes que muestran la vida de los pastores y una en la que unos hombres pescan con redes de arrastre manual sobre canoas de papiro.

También es curiosa la elaboración de gargantillas y collares por parte de enanos paticortos (un motivo habitual en las tumbas egipcias durante el III milenio a. de C.). Otras imágenes muestran hienas de aspecto feroz.

La mastaba de Kagemni

Limita con la de Mereruka en la parte derecha. Kagemni fue ministro de justicia en la VI dinastía. Sus paredes más interesantes quizás sean las de la capilla. En ellas se han representado escenas de rituales y varios desfiles de ofrendas ante la momia.

La mastaba de Ptah-Hotep y Ajti-Hotep

Muy pocos visires hicieron lo que Ptah-Hotep, visir e inspector de las pirámides de la V dinastía: construyó una tumba para él y para su hijo.

Junto con la de Mereruka, está considerada la mejor mastaba de Saqqara.

Sus relieves muestran principalmente escenas de agricultura: individuos haciendo un inventario de vacas, ocas y patos; pequeñas redes que se cerraban cuando las aves se posaban para comer; la elaboración de embarcaciones con las que los pastores atravesaban los canales o los cazadores perseguían a sus presas en las marismas del Nilo.

El serapeum de Saqqara

Auguste Mariette llegó a Egipto en octubre de 1850. Al ver unas esfinges en Alejandría, procedentes de Saqqara, recordó las que nombraba Estrabón en uno de sus pasajes. Este geógrafo e historiador griego señalaba que una gran avenida de esfinges daba entrada al Serapeum.

Mariette hizo el viaje a Saqqara olfateando la pista, y a los pocos meses de excavación descubrió una esfinge de las mismas características, confirmando lo que Estrabón decía.

El 12 de noviembre de 1851, Mariette rompió la tapia sellada de una cámara de Ramsés II. Allí se escondía el ansiado Serapeum: lugar único y exclusivo de enterramiento de los toros sagrados Apis, consagrado al dios Ptah.

Estos animales sagrados se enterraban cada catorce años, debían tener unas cualidades especiales y no podían criarse en exceso. Pero ello provocó su extinción.

Al morir eran introducidos durante setenta días en baños de natrón, como si de una momia humana se tratase. Después eran enterrados en gigantescos sarcófagos de granito, calcita u otro material, en el interior del Serapeum.

Varios son los faraones que edificaron cámaras internas para enterrar toros sagrados a lo largo de los siglos. Ramsés II fue uno de los pioneros, con una cámara de 68 metros de longitud.

En la XXVI dinastía se excavó otra galería de 198 metros. Por último, durante la XXX dinastía y por mandato de los faraones Nectanebo I y II, el Serapeum se extendió con la construcción de nuevas galerías junto a la avenida de esfinges del exterior.

La mastaba de Ti

Entre los muchos títulos que se le da a este personaje de la V dinastía, destacan los de «único amigo del faraón», «jefe de los trabajos del rey, administrador de las pirámides» y «supervisor de todo lo concerniente a la realeza».

La construcción consta de un patio, un pasillo estrecho que llega hasta las cámaras interiores, y una galería funeraria subterránea. Esta carece de decoración y por tanto de interés, además de tener el acceso un poco complicado.

Lo más destacable es el pasillo y las cámaras del fondo, muy bien decoradas. Los relieves más interesantes se hallan en la llamada sala de las ofrendas, donde se puede ver al hijo de Ti, Demegi, elaborando cerveza y pan.

El Anubeion y el Bubasteion

Se hallan en pleno desierto. El primero alberga varias galerías de perros momificados, y el segundo de gatos, pájaros y monos. Ambos están dedicados al dios Anubis (dios de la momificación y de los muertos) y a la diosa Bastet.

Con esto acaba el recorrido por la mejor parte de Saqqara. Contacta con mi agencia para hacer un viaje completo.

Sector sur del complejo funerario de Saqqara

Este sector lo recomiendo para los apasionados de la egiptología. Los monumentos, en términos generales, más que sitios turísticos son escombros con un tremendo peso histórico flotando a su alrededor.

Repaso estos lugares:

La pirámide de Pepi I

Esta pirámide de la VI dinastía se reduce en la actualidad a un montón de escombros. Al estudiarse sus dimensiones externas y la distribución y medidas de las habitaciones, se supo que se trataba de una copia casi exacta de la pirámide de Teti.

Su principal particularidad fueron los «textos de las pirámides» que cubrían las paredes internas, escritos con jeroglíficos verdes sobre calcárea blanca.

La pirámide de Merenre

Dentro de la cámara funeraria se halla intacto el sarcófago del faraón. Gastón Maspero, el egiptólogo francés que hizo el descubrimiento, halló una momia (probablemente perteneciente a Merenre), trasladada al museo de El Cairo.

La pirámide de Isesi

El faraón Isesi perteneció a la V dinastía. A su pirámide los árabes le han puesto el sobrenombre de El Shauwaf (la pirámide del Centinela). Se estima que tuvo una base de 78,75 metros y una pendiente de 52°.

La mastaba el-Faraun

La mastaba, en forma de sarcófago, pertenece al complejo funerario del faraón Shepseskaf, último de la IV dinastía. Fue investigada por primera vez en 1843 por Lepsius, y en 1858 por Mariette.

Se cree que cuando se terminó tenía más de 18 metros de altura y una base de 108 por 78 metros. En la actualidad mide 99,6 por 74,40 metros.

La pirámide de Pepi II

Apartada en el desierto, fue desmantelada durante la Edad Media, cuando se necesitaban piedras para la construcción de El Cairo.

Su interior todavía conserva algunos «textos de las pirámides». Al noroeste se hallan las llamadas pirámides satélite, pertenecientes a las esposas del faraón. Destacan las de Neit, Ipu II y Wedjebten, todas con textos en su interior.

Las pirámides de Jenjer y del Sur

La de menor tamaño, construida en su mayor parte en ladrillo, fue destinada a Jenjer (XIII dinastía). Solo se conservan en buen estado los corredores interiores del lado oeste, los cuales conducen a una cámara excavada en un monolito, que hace a la vez de sarcófago.

La otra pirámide se halla justo al lado. Se la denomina «pirámide del sur» pues no se conoce a su propietario. Probablemente perteneció a la XII dinastía. Lamentablemente solo quedan un montón de cascotes.

¿Qué visitar entre Giza y Saqqara?

Tres pirámides y una mastaba irrumpen en el camino. Si puedes, visita la pirámide de Sahure y presta atención a las otras construcciones antes de sumergirte en el complejo de Saqqara.

La pirámide de Neferirkare

Es la mayor de las tres. Las dimensiones de la base no han podido ser medidas con exactitud debido a su estado de conservación. Se estima que tenía 104 metros de largo.

A la muerte del faraón Neferirkare, tanto la pirámide como el templo del valle, sin terminar, fueron aprovechados por el rey Niuserre, que sustrajo elementos para la construcción de sus propios recintos mortuorios.

La pirámide de Niuserre

Está emplazada al sureste de la pirámide de Neferirkare. La altura se calcula en unos 50 metros. A diferencia de las otras dos, tiene el templo ubicado en el lado sureste y no en el lado este-oeste.

Dos posibles razones. Una, la topografía del terreno, pero también se pudo haber diseñado así para que la calzada de acceso, substraída a la de Neferirkare, no alcanzara la fachada del templo con un ángulo demasiado agudo.

La pirámide de Sahure

Emplazada hacia el norte. Es la más alejada de las tres. De la altura original, de unos 51 metros, solo quedan 36. Se ha podido desenterrar la mayor parte de la calzada que enlazaba con el templo del valle.

Es la única pirámide de Abusir que, en algunas épocas del año, está abierta al público.

La mastaba de Ptahshepses

Una de las mastabas más grandes del Imperio Antiguo. Perteneció a un visir del faraón Niuserre, del que toma el nombre. El interés principal se centra en una de las cámaras interiores, que muestra los capiteles lotiformes más antiguos encontrados hasta la fecha.

Sigue descubriendo El Cairo.