El templo, ante el riesgo de quedar sumergido por las aguas del lago Nasser, se trasladó a Nueva Amada. Su antiguo emplazamiento estaba situado unos 200 km al sur de Asuán.

El Templo de Amada es uno de los más bonitos de Nubia, después de Abú Simbel y Kalabsha. Fue construido en la XVIII dinastía por Tutmosis III y agrandado por su hijo Amenofis II y más tarde por Tutmosis IV. 

Estuvo consagrado al dios sol Ra-Harajte. Las imágenes de Amón fueron martilleadas por Amenofis IV y restauradas después por Seti I. 

En el período cristiano, el templo de Amada se usó como iglesia y sus relieves fueron cubiertos de estuco y pinturas. Sin embargo, gracias a estas pinturas, los relieves se han conservado hasta la actualidad. Ya ves por qué vale la pena visitar el templo de Amada.

¿Qué ver en el templo de Amada?

El pórtico está flanqueado por dos torres de ladrillo. En la de la derecha aparece Tutmosis III y en la de la izquierda Amenofis II, delante de Ra-Harajte.

La puerta del interior, en el lado izquierdo, tiene una inscripción conmemorativa que menciona una expedición de Menephta contra los pueblos del sur. También hay otra representación perteneciente a Setaw, hijo real y gobernador de Nubia bajo Ramsés II.

Sobre las paredes, Tutmosis III y Amenofis II están representados en varias escenas adorando y haciendo ofrendas a los dioses.

En la pared del pórtico central hay una estela de gran importancia histórica: en la parte de arriba está el barco solar sagrado, seguido de Ra-Harajte y Amón-Ra, a quien el rey ofrece vino; en la parte de abajo aparece un texto de 20 líneas que describe la terminación del santuario y narra la historia de la campaña del rey en Siria.

La estela data del tercer año del reinado de Amenofis II.

Traslado del templo de Amada

El traslado de este templo se llevó a cabo entre diciembre de 1964 y febrero de 1975. El proyecto fue realizado y financiado por Francia.

La operación del traslado fue completamente diferente a las anteriores, ya que se levantó el templo en una sola pieza para no estropear las pinturas que decoraban sus paredes interiores. Se lo rodeó con un armazón de acero y cemento y se lo hizo deslizar sobre un triple raíl.

El pronaos fue la única parte que se desmontó y reconstruyó pieza a pieza.

El templo fue trasladado a unos 2600 metros del emplazamiento original.